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29 de Agosto de 2019

Más de 3 mil personas participan en diseños de nuevos espacios públicos del SERVIU

La plaza Caupolicán de Cañete es considerada por las comunidades mapuches de la zona como un sitio histórico, pues creen que este es lugar donde los españoles empalaron al toqui que le da nombre a este espacio público.

Hoy el Servicio de Vivienda y Urbanización de la Región del Bío Bío está llevando a cabo un rediseño de este espacio, en el que las comunidades mapuches y los vecinos, además de diversos actores locales forman parte activa del proceso, a través de talleres y encuentros.

Para Armando Marileo, uno de los “Quimche” del territorio lavquenche, esta es una oportunidad para revalidar la Plaza Caupolicán como un espacio sagrado para el mundo mapuche. “Yo que tengo más de 80 años, de niño conocí que esta era la plaza donde empalaron a Caupolicán en una pica. Porque a él lo tomaron prisionero en Antihuala y desde ahí lo trajeron los españoles hasta esta plaza. Es una plaza muy importante para el pueblo mapuche. Aquí puede ser un sitio para hacer sus rogativas, o para denunciar algo malo y donde puedan darlo a conocer, por ejemplo”.

Así como la Plaza Caupolicán, otros ocho proyectos en igual número de comuna de la región del Bío Bío, se desarrollan con la participación activa de la gente. En total, 3.126 personas han dicho presente en alguna de las cuatro etapas del diseño de plazas y espacios públicos.

El director del SERVIU, Juan Pablo González Tobar, destaca que “la era de los diseños y las decisiones realizadas en el escritorio de un solo funcionario, ha quedado atrás en nuestro ministerio. Por eso debemos destacar que en cada proyecto que ejecutamos, hay un trabajo previo que muchas veces es desconocido, pero que implica un gran compromiso por parte de nuestros profesionales”.

La coordinadora del equipo social de Proyectos Urbanos del SERVIU, Magaly Araneda, señala que “la idea es trabajar multisectorialmente y en terreno, con los vecinos, respecto de la idea de proyecto y a veces se sorprenden cuando los llamamos no solo a informarles sino también a participar en un trabajo que no es corto. Generalmente se trata de cuatro etapas que se extienden por un año aproximadamente”. Agrega también este tipo de diseños ha implicado para su equipo, prepararse con nuevos conocimientos para poder atender a todos los públicos a los que deben llegar, de la mejor manera posible “nuestro equipo compuesto por siete personas se ha capacitado en lengua mapuche y también en lenguaje de señas, puesto que debemos hacer que nuestros proyectos sean integrados e integrales”.

Una vez terminados, los diseños quedan a la espera de los recursos para su ejecución. Sin embargo, lo importante es que el impacto que se produce cuando son construidos, es comprendido de mejor manera por parte de la ciudadanía y una vez terminados, las comunidades los cuidan y protegen, porque de alguna manera sienten que son más suyos.